lunes, 8 de julio de 2013

(Crítica) 42

La profesionalidad y los sueños  rompen barreras

 


Un relato de época sobre la superación personal y con un marcado carácter metafórico y social entorno al problema del racismo en este caso y ambientado en el mundo del beisbol, no hay producto más americano que éste y además basado en hechos reales ( ahí tenemos el montaje-resumen en sus créditos finales con imágenes de la época ) en la figura de James Robinson, primer jugador de color en entrar a formar parte de la plantilla de los Dodgers en los años 40.

 



Así, la cinta dirigida por Brian Helgeland , prestigioso guionista ( ganó un Oscar por su labor en la fabulosa L.A. Confidencial ) pasado a director ( Payback, destino de caballero ) basado en un guión de   a pesar de sus tópicos inertes a este tipo de relatos y con una narración poco sutil, más bien demasiado sobreexpositiva o directa aunque sin llegar a ser maniquea ( del todo ) acaba resultando un buen film, un relato enérgico, positivo y por momentos vitalista, más por la labor de sus intérpretes ( muchos salidos de la televisión, aunque con un papel especial para un mito moderno de Hollywood ) que por su puesta en escena e ideas de guión.


 

La acción comienza de una manera directa, sin preámbulos:  Branch Rickey ( un fantástico Harrison Ford, muy caracterizado y buscando un premio YA ), dueño de los Dodgers y hombre religioso quiere integrar a un jugador negro ( los cuales tienen su propia liga ) en su equipo y la serie mundial (formada por jugadores blancos ) en los años 40 sin saber las razones para ello (luego más avanzada la acción sabremos cual es el propósito de  Rickey en uno de los monólogos que tiene Ford para lucirse ) fijándose en James Robinson ( un atrayente  y cuasi debutante Chadwick Boseman ) . A pesar de los ataques por parte de compañeros  ( dentro del mismo equipo ), de la audiencia y de la sociedad en general, Robinson se esforzará por triunfar gracias a sus méritos y conseguir el respeto de sus “ iguales “, siendo su trabajo la metáfora de la lucha por los derechos sociales que explotaría años después.


 

El film, muy bien ambientado y nada aburrido a pesar de irse a los 130 minutos de duración, cuenta con excelentes interpretaciones, como las de su protagonista   o en papeles más secundarios contamos con Christopher Meloni ( visto hace poco en Man of steel ), Lucas Black,  T.R. Knight y James Pickens Jr.  ( ambos salidos de Anatomía de Grey ),  pero quien se lleva la palma es Harrison Ford. La estrella de títulos históricos como la saga de Indiana Jones o la Guerra de las galaxias ve como su status actual es el de special Guest star buscando papeles secundarios donde brillar y, quien sabe ganar un premio ( más por el conjunto de su carrera ). Así aquí lo vemos como el anciano  , muy caracterizado con sus espesas cejas, barriga prominente y una voz muy ronca ( recomiendo ver, aunque siempre debería hacerse así, el film en V.O. ) con una interpretación directa, sensata y rica en matices: destacar los momentos que usa la Biblia como recurso para defenderse de las opiniones encontradas de sus compañeros o la química con   ( ojo al momento en que le comenta:  “ no busco a alguien con agallas de pelear, sino a alguien las agallas de no hacerlo “ ). Ford debe olvidarse de Indiana Jones o papeles protagonistas nada adecuados y limitarse a apariciones secundarias cortas pero con un calado dramático y presencial destacable como en esta cinta o su previsible labor en cintas como el Juego de Ender o la futura Star Wars VII .


 

El desarrollo de la cinta es muy ameno debido a que va directa al grano si bien esto también es su mayor problema pues la presentación del problema racial es algo deficiente en cuanto se presenta de una manera nada sutil, muy directa. Tiene el mismo problema que cintas como criadas y señoras donde todo resulta claro pero expuesto de una manera sencilla: así veremos como Robinson debe hacer frente a los insultos del público o a los ataques directos y algo exagerados de personajes como el manager Ben Chapman ( un breve pero genial Alan Tudyk: Firefly, Tucker & Evil versus the dead ), la secuencia en la gasolinera o el peacher que lanza directamente contra su rostro… Más elocuentes y expresivas son las escenas en las que Robinson está solo en el túnel camino del campo que es a la vez su sueño y su infierno ( como el momento en que explota tras los insultos de Chapman ) o la escena al inicio donde en su peculiar manera de jugar roba bases mientras todo el equipo rival lo persigue intentándolo eliminar en una secuencia que demuestra la fortaleza de Robinson y como se gana su sitio sin que nadie pueda echarlo de ahí. 

 


La cinta de Helgeland, clásica en su narración y puesta en escena, bebe mucho de Clint Eastwood ( para quien Helgeland escribió el guión de la magnífica Mystic River )  y su Invictus, donde el clásico director usaba un deporte ( el futbol ) para hablar sobre la figura de Mandela a pequeña escala y el Apartheid a gran escala. Aquí tenemos un simpático y directo relato sobre como luchando y esforzándose puedes hacer cambiar a la gente, en una cinta que te limpia el alma, en sus buenas intenciones.

 
 
NOTA: A pesar de su éxito comercial y su buena acogida crítica en Estados Unidos, la cinta llega a nuestro país directamente en el servicio de Video Bajo Demanda o VOD.

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